Carta abierta a Amaral

Quizá alguien (una de las tres… no, espera, una lo dejó ayer… bueno una de las dos personas que lee esto) recuerde mi mensaje a Bebe. Ahora va otro para Amaral.

He intentado encontrar una dirección de contacto con ellos, pero solo he encontrado la del Club de Fans (club@amaral.es), y en su web dicen textualmente que “El grupo no leerá las cartas”. Así que me toca desahogarme aquí.

Carta abierta a Amaral:

Estimados Amaral,

Quisiera compartir con vosotros unas reflexiones que he hecho, tras mi reciente adquisición de vuestro disco “Pájaros en la cabeza”. La primera, y quizá menos relevante, es que adquirí el CD por 6 euros, en una tienda de música. El precio del mismo CD hace un año era más del doble, y si no hubiese bajado, a fe mía que nunca lo habría comprado. Y no porque menosprecie vuestra música. Todo lo contrario, me encanta. Pero los precios abusivos me revientan… sean en CDs o en barras de pan. 6 euros por un CD es razonable. 7 euros es razonable. 15 o 20 euros es un robo.

La principal reflexión que quería transmitiros (aunque nunca llegaréis a leer estas líneas), es sobre la protección anticopia del CD. Quisiera haceros llegar mi malestar por este hecho, además de avisaros de que como protección deja mucho que desear. Ya me encontré con un sistema anticopia con el CD de Bebe, y aquel sí que me impidió pasarlo a formato digital en el ordenador, pero el vuestro ha sido completamente pasado por encima por el programa de extracción de música que he usado. Solo sé que el CD tiene protección porque así lo indica en la caja.

En todo caso, el mal funcionamiento de este abusivo DRM no exime a quien sea responsable de una agresión a los derechos del comprador. Existe un derecho llamado “a copia privada”, el cual me da cobertura legal para pasar un CD mío a cualquier formato que yo quiera, y hacer cuantas copias desee, con tal de que se destinen a uso privado. Esto significa que nadie (ni siquiera el artista), puede limitarme o impedirme que, por ejemplo, me pase el CD a MP3 y lo oiga por los altavoces del ordenador (mientras el CD está en su estantería). La tecnología Copy Control que incorpora vuestro CD trata de vulnerar este derecho.

Esta práctica es lamentable y, añadiendo escarnio a injuria, tremendamente ineficaz. El sistema de “protección” anticopia de vuestro CD no solo no ha impedido que lo copiara (cosa que habría vulnerado mis derechos de haberlo logrado), sino que me ha indignado gratuitamente.

En este mercado toda protección anticopia es ridículamente ineficaz. Incluso cuando funciona (como en el caso del CD de Bebe), uno puede bajar las canciones de Internet, cosa que recientes sentencias judiciales han dictaminado legal (que es lo que hice en el caso de Bebe), ya que siempre hay alguien que se lo ha saltado, y solo hace falta una persona para colgarla en una red p2p.

La clave es confiar en la honestidad del cliente. Yo me comprometo a obtener por medios legales la música de cualquier grupo comercial que quiera adquirir, y pagar lo estipulado. Pero lo hago porque me parece lo correcto, no me podéis obligar. Técnicamente no tenéis medios, y moralmente es inaceptable tratar de impedir la copia privada, aunque sea con la intención de impedir copias ilícitas.

Seguid haciendo buena música, distribuidla a precios razonables, y olvidaos de inútiles sistemas anticopia. A mí me haréis un poquito más feliz.

Mis mejores deseos,

Iñaki

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