Seguros: el timo del buen conductor
Hace tiempo que vengo diciendo esto a quien me quiera oir, y hoy me he dicho ¿pa qué está el blog?
Todos sabemos que las compañÃas aseguradoras son unas hijas de la grandÃsima… madre que las fundó, asà que básicamente no voy a decir nada nuevo. Lo que sà puede ser esclarecedor es una reflexión sobre cómo nos timan.
Tomemos una de las cláusulas de las que más se vanaglorian las propias aseguradoras (hablo de seguros de coche), y que más valoran los propios asegurados: la bonificación por buen conductor. Señoras y señores, esto es un TIMO.
Todos tendemos a pensar que somos los mejores conductores del mundo, y que los demás son unos torpes. AsÃ, nuestro egoÃsmo nos hace considerar que, dado que otros van a causar más gasto a la aseguradora (porque sus accidentes van a ser más frecuentes), y nosotros no vamos a accidentarnos nunca, pues deberÃan ser esos otros los que pagaran más. Las aseguradoras saben que somos unos cabronazos egoÃstas y, sobre todo, unos egocéntricos y unos chulos y que vamos a pensar aplicando el razonamiento anterior, asà que nos ponen la trampa con el queso delante, y picamos como tontos.
¿Están deseando distribuir las cuotas más equitativamente entre sus asegurados? No, claro. Lo que desean es ganar más dinero, como es de esperar (y legÃtimo). ¿Qué es lo que realmente ocurre? La aseguradora tiene un seguro a todo riesgo con una cuota X, igual para todos. Ahora sube la cuota base a 2X, y dice que hace un descuento del 50% a los “buenos conductores”, que se definen como aquellos que no reportan un accidente en, digamos, 6 meses.
El resultado es que, en el mejor de los casos, casi todo el mundo sigue pagando lo mismo que antes, pero creyéndose afortunados por beneficiarse de un megadescuento del 50%, mientras que algunos pagan el doble. Pero no solo eso. Es que, además, cuando los “buenos conductores” tienen un accidente leve, no dan parte por miedo a perder la jugosa “bonificación” del 50%.
En el fondo, la “bonificación” del 50% no es más que una coacción, en la que nos amenazan con cobrarnos un 100% más de lo que ya pagamos si nos atrevemos a exigir la contraprestación contractualmente estipulada para un hipotético accidente. ¡Es realmente vil y retorcido! Se comprometen a compensarnos económicamente en caso de accidente, a cambio de una cuota (ese es el fundamento de un seguro), pero luego echan mano de todos los mecanismos que puedan para coartar nuestro derecho a pedir esa compensación cuando la necesitamos, Y ENCIMA NOS HACEN CREER QUE NOS ESTÃN HACIENDO UN FAVOR, COBRANDO MÃS A LOS “MALOS” CONDUCTORES.