CrÃtica a una crÃtica a Origen (Inception)
Hace mucho que no uso el blog para criticar alguna pelÃcula, y voy a aprovechar que me mueve a ello la crÃtica de un usuario de [[FilmAffinity]] al film [[Inception (film)|Origen]]. El usuario es KesheR, y su crÃtica es esta.
Vaya por delante que aunque mi crÃtica a su crÃtica sea casi tan dura como la suya a la pelÃcula Origen, ello no desmerece a KesheR, cuyas crÃticas, incluida esta, son (parece ser, por lo que he leÃdo en su perfil) muy lúcidas. Por ejemplo su opinión de El Caballero Oscuro (también dirigida por Chris Nolan) es bastante coincidente con la mÃa (bueno, eso no quiere decir que sea acertada, jejeje).
Si alguien estuviera interesado en mi opinión de la pelÃcula Origen, diré que me gustó mucho (le he puesto un 8 en FilmAffinity, aunque es incluso menos que la media, ya que lleva un 8.3 en 10000 votos), y que aunque es verdad que es un poco enrevesada, creo que su enrevesamiento está justificado.
AVISO – WARNING – SPOILER
El texto que sigue cuenta cosas de la pelÃcula que te la pueden destrozar si no la has visto todavÃa. Incluso si la has visto, y tienes intención de verla de nuevo para enterarte mejor, te recomiendo que no sigas leyendo, por si aquà se mencionan ideas que desearÃas descubrir por ti misma.
Lo que pasa “de verdad” en la peli
Empecemos por el final: la “gran” explicación. Es un detalle que a KesheR parece escapársele, pero creo que es vital. La pelÃcula, en su totalidad, es un sueño de Cobb (Di Caprio). Lo que Cobb vive como “mundo real” (el trato con Saito, el viaje en avión, la reunión final con sus hijos), es el “nivel” de sueño donde él vive permanentemente (el “limbo”), y todo lo demás son artificios de su subconsciente para superar el quid de la cuestión, el núcleo de la historia: su sentimiento de culpa por la “muerte” de su mujer.
Cuando Cobb y su mujer “despiertan” de su mundo onÃrico particular (donde pasan esos proverbiales 50 años) al “mundo real”, donde la mujer sigue pensando que está en un sueño, en realidad la mujer tiene razón, y es Cobb quien está engañado. La mujer se suicida y (quizá) despierta. Cobb sigue en el sueño, atormentado por la “muerte” de su mujer, y creyendo que está en el mundo de vigilia. Todo lo que sucede después es una continuación de ese sueño, en el cual Cobb pelea (o colabora) con su propio subconsciente para elaborar una trama que le absuelva de su pecado, y le permita dejar atrás la muerte de su mujer.
Respuesta a la crÃtica de KesheR
Aunque citaré aquà fragmentos, os recomiendo que la leáis, pues es muy interesante: crÃtica en FilmAffinity.
“Inception” es una pelÃcula sobre los sueños.
El principal problema es que yo no he visto ni un solo minuto de sueños en ella.
Christopher Nolan dedica media pelÃcula a explicar las normas de sus sueños, […]
Pero es que falta una cosa. Es que faltan los sueños.
No nos engañemos. Nadie sueña asÃ, yo no sueño asà y al menos eso puedo asegurarlo. Mis sueños no son lineales, no tienen lógica interna, no siguen un patrón […]
Los sueños “demasiado lógicos” que muestra la pelÃcula tienen un doble motivo, y están plenamente justificados. En primer lugar, KesheR tiene razón en que los sueños de verdad son inconexos, irracionales e ilógicos, pero nuestra mente los ve lógicos mientras ocurren. El problema es que Nolan necesita transmitir al espectador el punto de vista del durmiente: que lo que pasa es lógico. Para ello, no cuenta con la piadosa complicidad del subconsciente del espectador, ya que este está despierto (o eso desea el director), y por lo tanto tiene que hacer el sueño lógico de verdad. Desde este punto de vista, son los sueños fantasiosos plasmados por otros directores, que menciona KesheR, los que están “mal”. Están mal porque muestran hechos increibles (para el espectador), mientras que en realidad los sueños son perfectamente creibles (para el durmiente). Un sueño fantasioso (como la historia de zombies y trenes a BerlÃn que describe KesheR), no es una plasmación fiel de un sueño, ya que para el durmiente el sueño nunca es fantasioso. Tal depicción de un sueño serÃa tramposa para el espectador.
El segundo motivo de la racionalidad de los sueños en la pelÃcula está unido al primero, y es que Nolan necesita que Cobb se engañe a sà mismo (y nos engañe durante 150 minutos) sobre la naturaleza onÃrica de lo que se nos presenta como real (el plan con Saito, el vuelo en avión, etc). Si los sueños fuesen manifiestamente fantasiosos, el espectador sabrÃa desde el minuto 0 que toda la pelÃcula es un sueño de Cobb, lo cual serÃa estafar al espectador, que no compartirÃa el punto de vista del personaje (ver párrafo anterior).
Como he dicho, dedica media pelÃcula a explicar sus leyes; aún asÃ, se las salta; aún asÃ, la pelÃcula es tremendamente confusa.
¿Confusa?, quizá. ¿Tramposa?, nunca. Nolan respeta las normas que describe, y debemos aceptar que sigue estas normas para que ciertas irregularidades (que KesheR mismo menciona) nos hagan ver la verdad (que Cobb sigue soñando), en vez de pensar que son fallos en el guión. Por ejemplo: supuestamente sólo el subconsciente del durmiente se manifiesta en un sueño. ¿Nolan se lo salta al sacar cosas del subconsciente de Cobb dentro de los sueños de otras personas? No. Simplemente son pistas de que en realidad todo es parte de un sueño de Cobb. Hay un motivo por el que Nolan pierde tanto tiempo explicando las reglas que luego aplica: para que el espectador esté pertrechado para detectar la gran mentira, el sueño de Cobb.
¿Por qué el personaje del “falsificador” es capaz de sacar un pedazo de arma en un momento dado? ¿Por qué no lo hace nunca más? ¿Por qué no sueña un pulverizador láser, o un tiranosaurio, o una lluvia de relámpagos?
¿Por qué el amenazado durante el sueño no puede imaginarse en medio del océano, o en la luna, o con el traje de Supermán puesto y lanzando hostias como panes?
Las leyes que explica Nolan nos dicen que la manipulación del sueño ajeno se basa en la verosimilitud. Los intrusos deben interactuar con el sueño del durmiente de manera “creible”, ya que la introducción de elementos fuera de lugar en el sueño hace que el subconsciente del durmiente se percate de la invasión, y luche contra ella (“como los glóbulos blancos contra las infecciones”, tal y como dicen en la peli). Pulverizadores láser, o tiranosaurios salidos de la nada, generarÃan una respuesta brutal por parte del subconsciente (ver escena del principio, cuando Cobb y la arquitecta son rodeados inmediatamente por una turba al crear esta segunda escenarios imposibles).
¿Por qué el arquitecto (=renderizador), en vez de diseñar laberintos de propósito muy poco claro, no diseña miles de trampas mortales para las amenazas del sueño?
El propósito de los laberintos es mantener la mente del durmiente ocupada, sin que esta sepa que lo está. Crear un escenario donde actuar, que sea a la vez pequeño y controlable, y realista. No puede llenarse de trampas mortales ni de elementos altamente increibles, porque el subconsciente del durmiente se rebelarÃa. La viabilidad de la interacción con el sueño se basa en no desatar una respuesta excesiva del subconsciente del durmiente.
¿Por qué el subconsciente del acosado sólo lanza contra los intrusos a las “proyecciones” (=personas) que hay por ahà pululando, y no les envÃa una bomba atómica o un calamar de doscientos metros de largo?
Porque el subconsciente no es “consciente” de la agresión. Las modificaciones hechas por los intrusos son molestias mayores o menores, que el subconsciente combate en proporción a la amenaza percibida. Cuando un mosquito nos pica, le damos un manotazo. No sacamos la recortada hasta darnos cuenta de que el supuesto mosquito es la nariz de un rinoceronte en celo. Precisamente los intrusos no usan los métodos que KesheR sugiere más arriba (tiranosaurios o pulverizadores láser), para no desatar una escalada de violencia del subconsciente.
¿Por qué Di Caprio no le pega un tiro a su mujer en vez de esperar 50 años a que ella decida poner la cabeza en las vÃas del tren (bizarra forma de suicidarse)?
Porque quiere convencerla de que el mundo donde viven no es real. Aparentemente, cuando la gente vuelve del limbo de forma violenta, se vuelve loca. Cobb quiere “curar” a su mujer, antes de despertarla. La manera de suicidarse, como todo en los sueños, es simbólica: un tren los lleva de la estación de la locura, a la de la cordura, mediante la muerte.
¿Por qué un crimen como el de asesinar a tu mujer (bastante común) es suficiente para que se haga una excepción a las leyes de extradición? ¿Por qué puede escapar del paÃs tan ricamente? ¿Realmente no tenÃa tiempo para darles un besico a los crÃos?
Todo esto son más indicios de que la trama es un sueño de Cobb. Su paranoia lo lleva a pensar que todos le persiguen. La naturaleza del sueño hace que le ocurran situaciones inconexas (en una escena muere su mujer, en otra se despide de sus hijos, en otra ya ha huido al extranjero…). Su complejo de culpa se manifiesta en el castigo autoinfligido de no poder despedirse de sus hijos en condiciones.
¿Por qué el subconsciente de Di Caprio se manifiesta para joder la misión, no serÃa más lógico que ayudara? ¿Por qué el subconsciente de los demás intrusos no se manifiesta?
¡Efectivamente! El único subconsciente que se manifiesta es el del durmiente, según dicen las reglas. Es decir, que con esta reflexión podemos darnos cuenta de que es Cobb el que sueña. No es que el subconsciente de Cobb “joda” la misión. Es que no hay misión ninguna. Todo es un invento de la mente subconsciente de Cobb, para llevarlo por un camino que acabe en redención, en superación del sentimiento de culpa, en reconciliación con la pérdida de su mujer. Obviamente tal redención sólo es posible si el propio Cobb se cree la mentira. Es decir, el subconsciente engaña a Cobb.
¿Por qué no le suena al niño rico la cara de los demás cuando se despierta en el avión? ¿Por qué alguien tran ultramillonario viaja sin guardaespaldas, igual que el japo? ¿Por qué él si recuerda a los intrusos? Etcétera.
Todo eso son artefactos del sueño de Cobb. Ocurren detalles inconsistentes, pero que para Cobb son irrelevantes. Es una muestra más de que la construcción del sueño de Cobb contiene solamente los elementos racionales que Cobb necesite para creérselo, y el resto es opcional.
No le encuentro sentido a la mitad de las cosas y tampoco me apetece buscárselo. Al final estaba tan confuso y aburrido de tanto tiro y tantos aires de grandeza y de “auteur” que sólo tenÃa ganas de que dieran la patada ésa (fuera lo que fuese) y que se despertaran todos de una puta vez. Me daba exactamente igual la mujer de Di Caprio, sus hijos, el tÃo de la compañÃa, y la madre que los parió a todos.
Pues es una lástima, porque esta pelÃcula merece el que se le busque el sentido. Está construida con suficiente inteligencia como para que las inconsistencias nos hagan plantearnos qué es lo que se nos ha escapado, en vez de por qué el director ha metido la pata. Que no significa que Nolan no haya metido la pata de vez en cuando.
Todo son excusas para hacer una pelÃcula de acción como otra cualquiera, revestida de pretenciosidad, pseudociencia, y supuesta complejidad para que la gente salga del cine pensando: “he visto la tÃpica pelÃcula de tiros, pero ojo, ésta es profunda”. “Ésta tiene chicha”. Y con su final abierto para que el espectador sienta que no le toman por tonto (a pesar de que le han explicado las cosas doscientos millones de veces).
No entiendo del todo lo que KesheR quiere decir con lo de “final abierto”. ¿A que no se sabe si es un sueño o no? Porque si es asÃ, y el espectador se da cuenta de ello (el que la peonza nunca se detenga es señal inequÃvoca de que es un sueño, aunque Nolan corta antes de que sea 100% obvio), el resto de dudas se despejan automáticamente.
P.D.: ¿qué pinta Michael Caine aquÃ, qué pinta su personaje, de qué da clase, qué relación tiene con Di Caprio, qué estudia la chica?
¡Claro! Por enésima vez, Nolan nos da más pistas de que Cobb sueña. El padre de Cobb no es más que un accesorio mental para hacer creible al consciente de Cobb que ha encontrado otra arquitecta. La arquitecta no es más que un accesorio mental para hacer creible a Cobb que no es él el que genera los sueños, sino “otra persona”. El oficio de Cobb Sr. o los estudios de la arquitecta son irrelevantes. Son exactamente el tipo de detalles que generan inconexiones en el sueño, que el durmiente se salta a la torera. No se nos explica más porque Cobb no necesita más explicación. El hecho de que se nos omitan detalles importantes es una pista más de que es un sueño, y que Cobb puede creérselo, pero nosotros no.
P.D. 2: el doblaje es como para echar la papilla, y la máquina con la que se conectan es para mear y no echar ni una puta gota.
Hombre, el doblaje no es culpa del pobre director (y a mà no me ha parecido tan malo, pero bueno). En cuanto a la máquina, estoy con KesheR, es un poco cutre :^)